sábado, 15 de diciembre de 2012

Guión: Misa solemne de Nochebuena


Ritos iniciales

La proclamación del himno que sigue -o de una parte de él, si pareciera demasiado largo- puede introducir la Eucaristía de esta “santísima Noche” (1). Sería oportuno acompañarlo con el órgano, con las notas de la conocida canción “Noche de paz”, u otra apropiada. Esto contribuiría a crear el clima de solemnidad propio de la grandeza de esta Noche. A la lectura de dicho himno puede seguir la procesión de entrada según las normas del Misal, y un canto adecuado, que puede ser el mismo cuya melodía se ha escuchado durante la recitación de aquél.

Himno a la mística Noche de amor y paz

“¡Oh, Noche refulgente y gozosa, que conociste el momento en que la Palabra omnipotente del Padre celestial  fue pronunciada sobre la Tierra!


¡Oh, Noche de amor y felicidad, en que exultaron de júbilo los Coros angelicales!


¡Oh, Noche majestuosa, por ti suspiraban los Justos del Antiguo Testamento!


¡Oh, sublime Noche de fulgores, esperada ansiosamente por la humanidad sedienta de amor!


¡Oh, Noche excelsa y sacrosanta, que presenciaste a la naturaleza expectante, mientras aguardaba el brote del Eterno Retoño!


¡Oh, Noche más clara que el día y más brillante que las estrellas, que anunciaste el Nacimiento del Mesías, Astro de preciosos resplandores!


¡Oh, misteriosa Noche de gracia, que acompañaste en el parto a la Rosa Mística, quien, por el rocío del Espíritu, daba a luz al perenne Pimpollo!


¡Oh, Noche de delicias, que saboreaste el Fruto dulce nacido de la fragante Flor!


¡Oh, Noche radiante y solemne, que custodiaste junto al santo Carpintero, los dos tesoros más preciosos del universo. El Hombre-Dios y la Madre-virgen!


¡Oh, Noche sacratísima, permite que nos asociemos a tu glorioso esplendor mediante la evocación de los profundos misterios que nos revelas: el Nacimiento de la Luz conciliadora, la manifestación de la Sabiduría eterna e increada, la visita del Amor encarnado y la Venida del Maná verdadero, Jesucristo, Hijo Único del Eterno Padre!”.


Luego de la procesión de entrada y del saludo propio del Misal, tiene lugar el canto delKyrie, el cual puede introducirse con los siguientes tropos u otros:

-Tú, engendrado por el Padre desde la eternidad, Kyrie, eleison.

-Tú, Creador del tiempo, que Te introduces en nuestra historia en esta Noche esplendorosa, Christe, eleison.


-Tú, que por la gracia, no dejas de venir a nuestras almas, Kyrie, eleison.

Proclamatio Nativitatis Domini nostri Iesu Christi: Anuncio oficial de Navidad

El Martirologio Romano recoge un valioso texto con el solemne Anuncio del Nacimiento de Jesús, texto que aún hoy sigue proclamándose inmediatamente antes de la Misa papal de Nochebuena. Ofrecemos una breve adaptación que puede ser recitada o cantada en este momento que precede al himno  Gloria in excelsis.

“Cuando habían pasado muchos siglos desde la creación del mundo; después de los Patriarcas, Profetas y Jueces, bajo el gobierno del emperador César Augusto, estando todo el orbe en paz, en la sexta edad del mundo, Jesucristo, Dios Eterno e Hijo del Eterno Padre, queriendo consagrar al mundo con su misericordioso Advenimiento, concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, y pasados nueve meses desde su Concepción, en una Noche como ésta, nació, hecho hombre, de la Virgen María, en Belén de Judá.

El texto se concluye con la siguiente aclamación solemne:
"NAVIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN LA CARNE.”

Luego de lo cual se canta el Himno Gloria in excelsis. Simultáneamente algunos ministros pueden ingresar procesionalmente con el Niño Jesús, ofrendas florales y cirios. El Niño se entroniza en un lugar adecuado, y después de la celebración. se lleva solemnemente al pesebre. En la Misa del beato Juan Pablo II se procedía así.

Si no, el ingreso de la imagen del Niño y su entronización, puede hacerse antes del comienzo de la celebración, tal y como ocurre en la Misa del Santo Padre Benedicto XVI:

La imagen es colocada en un lugar central y venerada con incienso por el celebrante principal (con tres golpes dobles, al tratarse de una imagen de nuestro Señor). En este caso y también si, omitido el ingreso solemne, la imagen del Divino Infante ya está en el pesebre desde el comienzo, se inciensa, luego del Altar, y sólo entonces; pero nunca después, durante la Misa. Esto vale para cualquier imagen sagrada. Lo explicitan claramente las normas litúrgicas.

En la Misa de nuestro Papa Benedicto, la imagen es llevada procesionalmente por un diácono, luego de la Bendición final, hasta el pesebre. Aquí sí se inciensa, puesto que la Misa ya ha concluido. El Santo Padre es el primero en venerar al Niño, ya depositado en el pesebre.

GLORIA IN EXCELSIS DEO

Puede introducirse con estas palabras:

En esta Noche santa, resuenan en el Cielo y en la Tierra los Coros de los ángeles. Cantemos con ellos la Gloria de Dios.

Al canto de este himno, donde las haya, deben hacerse repicar las campanas, como ocurre significativamente sólo dos veces al año, en la venerable basílica vaticana (Nochebuena y Vigilia Pascual).

Liturgia de la Palabra

Primera lectura: Is. 9, 1-6

Hoy, en el pesebre, resplandece para nosotros la Luz verdadera: Cristo, el Señor.

Segunda lectura: Tit. 2, 11-14

Hoy se nos ha manifestado la gloria y el amor de Dios, en el Nacimiento del Salvador según la carne.

Evangelio: Lc. 2, 1-14

“Hoy ha nacido el Salvador”. Es el anuncio de los ángeles, que se escucha en toda la Tierra. Que resuene también en nuestro corazón.

Profesión de fe:

Puede introducirse con las siguientes palabras:

En esta Nochebuena del Año de la Fe, cantemos (recemos) la Profesión de Fe, tesoro inapreciable de la Iglesia de todos los tiempos. 

Recordar a los fieles que deben arrodillarse al pronunciar las siguientes palabras del Símbolo de los Apóstoles: "...fue concebido..." hasta "...nació de Santa María Virgen..."inclusive. Con una rodilla si se reza, con las dos si se canta. Si se reza el Credo nicenoconstantinopolitano, debe procederse de la misma manera, desde las palabras "se encarnó..." hasta "...se hizo hombre".

Oración de los fieles

La Oración de los fieles sugerida para esta Noche es semejante a la del Viernes Santo, por su carácter solemne y “verdaderamente universal” (Cf. Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, 111). Un lector propone la intención, y el celebrante reza la oración correspondiente. Un modo más breve puede ser rezar sólo la oración, o incluso algunas de ellas.

Ofrezco dos modelos. El primero, directamente traducido al español, perteneciente a la liturgia papal de la Misa de Nochebuena del año 2010. Me pareció importante rescatarlo porque menciona a las diversas categorías de santos implicados en el misterio de esta sagrada Noche. Es curioso que la última de las preces, (por cierto, muy acorde con el Año de la Fe), pida la intercesión de los "Santos Magos", recogiendo la tradición popular que les rinde culto, pues confiesa que estos Sabios orientales son moradores de la Jerusalén celeste.

El segundo, más sencillo, procura exaltar la santidad de esta Noche de gracia, ideal para experimentar la bondad del Señor.

El sacerdote puede introducir la Oratio fidelium con las siguientes palabras o con otras semejantes:

"En espíritu de adoración ante el Verbo de Dios hecho carne, agradecidos por su dulce presencia, elevemos nuestras súplicas al Padre celeste". (Liturgia papal de 2010).

O bien:

“Hermanos, en comunión con María, Madre de la Luz verdadera, y con José, varón justo, dirijamos nuestras súplicas al Mesías, en la misma Noche bendita de su Nacimiento”.

Primer modelo (Liturgia papal de 2010):

A cada súplica respondemos:

R. Concédnos la paz en nuestros días, Señor.

-Oremos por la Santa Iglesia de Dios.
+El Señor, por intercesión de la Santísima Virgen María, que Hoy ha dado al mundo al Salvador, le conceda el don de la consolación, de la unidad y de la paz. Oremos.

-Oremos por nuestro Santo Padre, el Papa Benedicto XVI.
+El Señor, por intercesión de San José, le dé la gracia de perseverar con renovado celo y caridad pastoral, en el ministerio petrino que Él mismo ha querido confiarle. Oremos.

-Oremos por las necesidades de la vida humana.
+El Señor, por intercesión de los Santos Profetas, inspire en los creyentes y en los hombres de buena voluntad, el respeto por la dignidad de la persona humana, desde la concepción hasta la muerte natural. Oremos.

-Oremos por todo el mundo.
+El Señor, por intercesión de los Santos Ángeles, dé a aquellos que tienen responsabilidades políticas, el coraje de trabajar incansablemente en favor de una pacífica convivencia entre los pueblos. Oremos.

-Oremos por la familia de Dios, Hoy aquí congregada.
+El Señor, por intercesión de los Santos Magos, reúna en la Iglesia a sus hijos esparcidos por todos los rincones del globo, y la haga Madre amable de esta multitud de hijos, llamados por el Espíritu de Cristo a la fe y al bautismo. Oremos.

Nótese que a modo de excepción, las preces pueden dirigirse directamente a Jesús.

Segundo modelo
A  cada intención respondemos: 

R. Christe, audi nos, Christe, exaudi nos

O bien :

R. Niño de Belén, bendícenos

(-La Iglesia, revestida de Luz celestial, presenta Hoy el Recién nacido a todos los pueblos de la Tierra.)

+Señor Jesús, por el Misterio de esta sagrada Noche, fortalece el testimonio de tu Iglesia ante el mundo. Oremos.


(-Hoy, todos los católicos nos unimos en el único Sacrificio al Sumo Pontífice, que preside en la basílica vaticana.)


+Señor Jesús, protege al Santo Padre Benedicto XVI, y haz que sea el primero en manifestar con su vida, el don de tu Presencia entre nosotros. Oremos.


(-En esta Noche extraordinaria, pensamos en nuestros hermanos que sufren, diseminados hasta en los más remotos rincones del Planeta.)


+Señor Jesús, que tu Espíritu, Fuego de Amor que abrasa esta Noche, arda en el corazón de los que sufren y reavive su esperanza. Oremos.


(-Dice el beato Juan Pablo II: “La santidad de esta Noche se abre desde el tiempo a la eternidad”.)


+Señor Jesús, Astro resplandeciente del Padre, por el Misterio de esta Navidad, concede a los difuntos el perdón definitivo. Oremos.


(-En este Año de gracia que ha convocado nuestro Papa, los católicos del Tercer Milenio nos reunimos para celebrar la Nochebuena.)


+Señor Jesús, nacido Hoy por Amor, enséñanos a vivir de tal manera, que demos testimonio de que eres de verdad Emmanuel, Dios con nosotros. Oremos.


Liturgia de la Eucaristía

Ofertorio

Sería oportuno organizar una procesión de ofrendas.

Como los pastores de Belén, también nosotros llevamos dones a Dios. En medio del celestial resplandor de esta Noche, nos ofrecemos nosotros mismos al Niño, para que con tierno abrazo de amor, nos una a Sí en la única Ofrenda agradable al Eterno Padre.


Comunión

“Oh, Emmanuel, seas bienvenido a nuestra Tierra; seas bienvenido a nuestro corazón, tierna Espiga que Hoy ha brotado en Belén, Casa del Pan”

Quienes no estén en condiciones de recibir sacramentalmente el Cuerpo y la Sangre del Señor, pueden comulgar espiritualmente orando así:

“Pequeño y dulce Niño, ven espiritualmente a mí, habita en mi corazón y concédeme, en esta Noche gozosa, el don de la paz que han anunciado tus Ángeles”.

Veneración del Niño

El “beso  de la imagen del Niño”  en esta Noche santa, si bien no es un gesto estrictamente litúrgico, goza de gran estima por parte de la piedad popular. Puede realizarse luego de la Oración después de la comunión (1). A veces conviene también realizarlo luego de la Bendición solemne final, para que sólo quienes dispongan de tiempo realicen este gesto piadoso, evitando así que muchos se vayan sin haber recibido la Bendición.

Ritos finales
 
Despedida

Imitemos a los santos ángeles, y demos al mundo la Buena Nueva: ¡Ha nacido el Redentor! Él es nuestra paz, nuestra esperanza y nuestra felicidad.








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